Invitado por un grupo de amigos, a recorrer el basto territorio de la fabulosa montaña que bendice nuestra ciudad, El Avila. La ruta seleccionada, la Fila Maestra, permitanme decirle que no es cosa de niños este tramo, un nivel de esfuerzo físico enorme, sin agua en la ruta, una zona donde al no ser muy transitada, la vegetación hace de las suyas. El buen clima perduro mientras estuvimos en la ruta, gracias a Dios porque, sencillamente no hubiera sido nada sencillo transitar por esos senderos en condiciones atmosféricas adversas. Después de haber estado aproximadamente unas 8 horas en el camino, y evidentemente agotados fisicamente, nos regalaron una puesta de sol que nos hizo recuperar algo de energia, sin duda alguna, un lugar del cual no deseas regresar, simplemente perfecto. El lugar exacto donde fue tomada esta fotografia, Ruta 77, sendero que nos traia de vuelta a la ciudad capital.