La semana había sido bien dura laboralmente hablando, sin embargo aún contaba con la energía necesaria para dar un poco más. Despierto desde tempranas horas de la mañana del día domingo, me dispongo a pasar revista de todo lo que sería necesario para cumplir la misión encomendada, dar rienda suelta a la creatividad y retratar a una personita que aún no había llegado a este plano. La manera como soy recibido en aquel lugar es como haber llegado a casa, un trato cordial y familiar. Con algunas ideas en mente y luego de una charla extensa donde intercambiábamos información sobre el quehacer nacional, comienzo mi trabajo fotográfico. Hago algunas imágenes de prueba, ajusto la iluminación y evalúo el resultado, todo se dio de una manera bien particular.
Entre imágenes me doy cuenta lo que representa este nuevo integrante en esa familia; un ser esperado con tanto amor, que el lenguaje hablado es limitado para describir lo que representa para ellos, así lo sentí, así realmente es. Ella me habla de manera directa, casi telepática, y me invita a recordar que en muchas oportunidades las imágenes nos permiten correr el velo, muestran de una manera muy sublime que existe una conexión muy especial entre todos nosotros y aquí una muestra de ello.