A veces me cuesta un poco describir como me siento cuando recorro los bastos caminos en la montaña, quizás es más un tema de internalización o sencillamente no he encontrado la forma de convertir en sonidos y palabras lo que se significa estar allí. Encontré una manera (trabajo constantemente en ella) de poder llevar esa parte de la montaña a todos lados y las emociones que ella representa, la convertí en imágenes. Como ejercicio cotidiano me planteo constantemente ¿Qué me gustaría registrar y para qué?. Considero firmemente que la imagen debe llevarnos a algún lugar, recordarnos alguna emoción o sencillamente allanar el camino para la emoción se fortalezca. Así me relaciono con mi Venezuela, esa que tanto queremos pero que no nos detenemos a observar porque creemos conocerla, pero cuando la recorres te das cuenta que esta en constante cambio y que de nosotros depende totalmente hacia donde mirar, quizás algo de ayuda sirve de empuje para mostrar al mundo que esta es una tierra bendecida de principio a fin.