Recuerdo perfectamente la sensación antes de tomar esta ruta de montaña en la mañana, me sentía a la expectativa, como esperando algo mágico, algo que a fin de cuentas no sé describir, pero fue fabulosa. Sin tener un camino definido, solo el tiempo que nos tomaría recorrer ese bosque era lo que marcaba la pauta, debíamos regresar a la ciudad a buscar a mis sobrinos de sus actividades escolares. Esto no limitó en lo absoluto el disfrutar el camino, risas, agua, comida de marcha, hasta una hermosa gata hizo acto de presencia, el paisaje, no tengo como describirlo emocionalmente, cualquier adjetivo es corto para lo grandioso que es estar allí. Llegado el punto para disfrutar de un pancito preparado por mi bella hermana, encontramos un mirador de lo más espectacular, el sonido que gobernaba el valle era el viento en los arboles. Disfrute al máximo la caminata, cada casa, cada arbol, cada espacio tiene algo que contar, es un camino que repetiría millones de veces, en especial porque compartí con uno de los seres que más amo en este mundo, mi hermana!!. Esta es la ciudad de Tegernsee, en Baviera al sur de Alemania. Dejaré de contar como se siente estar allí, para que me digan ustedes que les transmite esta escena.