Desde hace algún tiempo, veníamos planificando una salida a la montaña para respirar un aire distinto, esta actividad se vio re-programada en diversas ocasiones por cuestiones atmosféricas, una lluvia incesante y muy fuerte sacudió buena parte de la ciudad. Contra todo pronostico, me dispuse a compartir con un grupo de amigos un domingo completamente diferente, no nos importaba si llovería durante la ruta. El día comenzó con un amanecer espectacular, de verdad que tenia tiempo que no veía uno tan hermoso, el destino seleccionado Picacho de Galipán, en el parque nacional Warairarepano. El grupo fue numeroso, la idea era compartir todos el cumpleaños de nuestro amigo Jesús, a quien debo felicitar por sus 35 años de vida jeje. Nos dispusimos a iniciar la ruta temprano, porque queríamos pasar un rato agradable y relajado. El clima estuvo nublado hasta cierto tramo, pero luego se despejo de manera maravillosa, tenia muchísimo tiempo que no veía el aire tan claro y puro, el paisaje te invitaba a soñar. Por un momento se despejo por completo, se veía completamente la costa, mi mayor sorpresa, mi dulce amiga Milagros Marquez estaba disfrutando de la vista y la brisa, realmente estábamos en un lugar más que mágico, un lugar para soñar, un lugar donde la belleza del entorno nos invita a querer a esta tierra mas que nunca, a sentirnos verdaderamente orgullosos de haber nacido en esta tierra llamada Venezuela. Debo agradecer a Milagros por haberme permitido retratarle y mostrar al mundo, que en Venezuela tenemos las mujeres más hermosas de este planeta y los paisajes más envidiables.