Aprovechando la visita de mi familia, nos fuimos a disfrutar de un fin de semana de relajación antes de volver a la rutina laboral. Mis sobrinos son de los que nunca se cansan de estar en el agua, no puedo hablar mucho porque de niños eramos iguales jejej. Aunque particularmente nos toco viajar por carretera de madrugada para poder encontrarnos con la familia que ya tenia días instalados en Tucacas, el viaje fue fantástico y como recompensa un sol radiante.